jueves, 24 de mayo de 2012

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA VIOLENCIA

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Portada del Libro.2da.E. Perspectiva Distinta xq4tmu.
Autor: Jorge Julio Otterstein

INVESTIGACIÓN DE LA VIOLENCIA HUMANA.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA INFORMACIÓN DE VIOLENCIA.




Fuente: Perspectiva Distinta xq4tmu,
Autor: Jorge Julio Otterstein.
Derechos Reservados Copyrigth.


ANÁLISIS Y ORIGEN DE LA VIOLENCIA.

LA TELEVISIÓN Y LA VIOLENCIA.


Difíciles circunstancias que experimenta la sociedad del mundo contemporáneo, permiten escudriñar en los enigmas que originan aquellas realidades y sucesos tan extremos y dañinos para la humanidad, como lo es la misma violencia. 

¿Por cuál de todas aquellas circunstancias se puede comenzar el análisis? Hay interrogantes cada día más frecuentes:  

¿Cuál es la razón y origen de la Violencia?

¿Por qué niños y jóvenes asesinan matando a otros iguales?

¿Por qué existirán personas que provocan atentados terroristas en contra de la vida de tantas personas?

¿Por qué ahora la familia y las parejas se desintegran o se separan con tanta facilidad y recurrencia? 

¿Por qué existe un endeudamiento económico tan alto actualmente en la sociedad?

¿Por qué los estudiantes en colegios y universidades no aprenden valores humanos para saber vivir en paz y en armonía?

¿Por qué no utilizamos el potencial de la inteligencia que poseemos para tratar de entendernos unos a otros de mejor manera?

¿Por qué decir bienestar social es tan difícil, complejo, conflictivo y de confrontación?

¿Por qué la Televisión emite programación excesivamente pesimista, decadente y beligerante?

¿Por qué ver morir horrorosamente a un ser humano atrae tanta atención y expectación?

¿Por qué se disfruta tanto ver a animales masacrarse hasta morir? 

¿Por qué las leyes de un país parecen distintas según el nivel socioeconómico de las personas que se amparan en ellas?

¿Por qué la comunicación entre las personas ha disminuido tanto a pesar de existir tantos medios y redes para ello?

¿Por qué cada vez existen más personas solitarias?

¿Por qué parece tan desconocida la felicidad?

¿Por qué es muy difícil la verdadera reconciliación?

¿Por qué los organismos de paz del planeta no pueden salvaguardar la paz del mundo?

¿Cómo puede ser denominado ético un salario miserable de los trabajadores?   

¿Por qué es difícil vivir con amor y en armonía?

¿De qué país son las personas más groseras o ofensivas de las Redes Sociales? 


¿Por qué…? xq4tmu



¿Qué ofrecen hoy en esa misma variabilidad e interrogantes antes dichas los Medios de Comunicación a la civilización del Planeta?


La apreciación y calificación del actuar, proceder y forma de ser de la sociedad en sí misma, amparada por sus propias leyes y reglamentos, muchas veces es muy contradictoria, patética e incomprensible. La violencia por ejemplo, es una forma aceptada por su propio sistema de vida y es la enfermedad más dañina de la humanidad, y lamentablemente, violencia que es cobijada bajo una suerte de intereses de medios organizados con un poder ilimitado y sin barreras. Y por cierto es una violencia que, por lo que se observa, no ha admitido la intervención u observación alguna por quienes la perciben como la antítesis de la misma inteligencia, porque es una violencia que está en contra de la razón, el entendimiento, la ética, la moral y el amor; inclusive, violencia generalizada que puede llegar a defenderse en su sitial globalizado que tiene con su sistema que domina al mundo entero con la más sistemática estrategia de su misma violencia. Violencia + violencia = hecatombe e involución total. A lo mejor, podría ser delicado tratar a este tema de la violencia con tal preponderancia autoritaria que posee, que con su terrible distorsión pudiere inclusive dirigirse en contra de este mismo autor o de cualquiera, si fuere necesario, para la seguridad perpetua de esa misma violencia. 

La naturaleza del mundo ha permitido un proceso para la vida del hombre; y en comunidad, asociación y relación. Pero en forma contradictoria dicho ser viviente llamado “Hombre” vive en una especie de propio auto aniquilamiento por las causas que ha generado al negarse a sí mismo con su actitud de violencia, y no por la acción de la inteligencia y el amor. 

Analizada científicamente, la violencia en sus múltiples manifestaciones está íntimamente asociada con la Codicia - materialismo – consumismo. Prácticamente todo lo que se relaciona con la materialidad consumista tiene afinidad plena con la violencia en todas sus etapas y facetas. 

Solamente se habla diariamente de “la violencia” en los medios de comunicación con preocupación cuando ésta se manifiesta en conflictos entre individuos, en la familia, en desmanes, destrozos a la propiedad privada, entre los países y muchas otras formas. Sin embargo, nunca se habla de la violencia para investigar a fondo lo que la origina, y ver sus causas para buscar una solución y remediar esa enfermedad de raíz; y menos se conoce aún, por no tener oportunidad la opinión de quienes tienen fórmulas científicas para revertir ese negativo defecto del hombre que crece en forma descontrolada cada día, y sobre hábitos, costumbres y adicciones sociales que han amparado desde hace mucho a esta forma de vida sistematizada en la violencia y todos sus derivados.  

Los medios de comunicación, principalmente “La Radiodifusión Televisiva” (televisión) y la Cinematografía, consecuentes plenamente con su principal abastecimiento, o sea, el de la violencia, ha precipitado aún más rápido la decadencia de valores y aspectos fundamentales para la sociedad humana. El origen de la violencia, principalmente proveniente de países “desarrollados” ha logrado su cometido, irradiando y contagiando plenamente al mundo entero. 

La dirección de los Medios de Comunicación dirigida por “capacitados profesionales” ha sufrido la incapacidad de crear algo nuevo y original en beneficio benigno de la sociedad en general, porque ha actuado recurriendo a una estrategia debilitada, con esa obligación de programación desmedida, con temas y formas nefastas y decadentes para el hombre, y sin dar posibilidad alguna a otras formas de expresión y comunicación que podrían ser de incalculable valor constructivo y educativo. 

No es únicamente el cine o la cinematografía la que ha aportado tal cantidad de información permanente cargada de violencia que se ha percibido consciente y subliminalmente, y desde que se tiene uso de razón durante la infancia de la vida del individuo, aquel espectador ha recibido a través de la televisión; al mismo tiempo, por este mismo medio televisivo, frecuentemente disociador y beligerante, lo es en gran medida la programación presentada por su propia dirección organizada a través de sus interlocutores, periodistas, reporteros, editores, conductores, animadores, corresponsales y opinantes (este último, actualmente denominados “Opinólogos” por la misma TV) y de los cuales existen destacados profesionales que se han instruido doctamente en una ”Universidad de gran prestigio académico”.

Las noticias por ejemplo, emitidas principalmente en los horarios en que más se reúne la familia para compartir íntima y gratamente con amor en el hogar, es transgredida por una recepción cargada de gran violencia. Las noticias policiales por ejemplo, son las de más importancia y prolongadas en la programación sistemática de la Televisión; en cambio, las informaciones benignas se transmiten en forma reducidas al final de las noticias. En el 2017 ha llegado a tal punto la insensibilidad de canales de Televisión de Chile, que transmiten en forma constante las catástrofes de incendios e inundaciones de la naturaleza CON MÚSICA DE FONDO!!!  Como si fuera una especie de carnaval o película del cine espectacular.

Si las noticias son sinónimo de violencia, desgracia, calamidad e imágenes horrendas ¿Cuál sería su verdadero significado y propósito? ¿Cuál es el objetivo real de las emisiones de ese tipo durante los 365 días de cada año? ¿Cuál es el propósito de sus directores y editores? Distinto es, que en el noticiario se pueda informar, comunicar y emitir noticias de todo tipo, pero lamentablemente se destaca con preferencia las malas noticias cargadas de gran violencia, calamidad y de imágenes aterradoras; y las informaciones más dramáticas son repetidas una y otra vez incesantemente.

¿Por qué hacen eso?

En estos tiempos, no existe un día completo de gracia distinto en la televisión, ni en el día de Navidad, ni el día del año nuevo, ni los días Patrios, ni los días de Semana Santa.
¿Será imposible desconectarse por unas horas al año de tanta violencia, calamidad, tragedia y terrorismo?

¿Qué sucede en la psicología y mente humana con todo aquello de por vida? 

Lo que pudo ser en un principio, la anhelante espera de gratas noticias e informaciones empapadas de alegría, de buenos augurios, de nuevos descubrimientos, de manifestaciones de paz, de amor, de optimismo, de prosperidad, de desarrollo, de invención, de creatividad, de logros alcanzados, de esperanza, de educación, de cultura, de hermandad, de humanidad, de vida… se ha traducido ahora solamente a algo traumático, terrible y pesimista. 

En efecto, si noticia e información en la Televisión se han convertido en un significado e influencia de violencia y calamidad, lo sería igual por añadidura la Televisión en sí misma, incluyendo a sus propietarios, gerentes, directores, editores, periodistas, reporteros, corresponsales, animadores, conductores y opinantes... 

¿Quiénes son responsables? Con esa alarmante señal, puede ser latente una enigmática y misteriosa hipótesis: Que el propósito y finalidad de la Televisión y otros medios es provocar precisa y sistemáticamente la negatividad y el pesimismo en toda la sociedad con ese tipo de información que emiten en forma permanente. Si así fuera, sería una actitud de perversidad y decadencia terrible. 

Sin embargo, curiosamente en la generalidad de la programación emitida por televisión, llegado el momento de “una pausa” sobreviene una especial detención de esa emisión de tanta información de violencia pero, con otro tipo de violencia al derecho de las personas, y entrando a un terreno igual de dañino como el anterior, al ofrecer con hermosos disfraces, adornos y presentaciones engañosas de especializadas agencias publicitarias, la venta de un sobrevalorado producto determinado, pasando de la violencia al consumismo y con un valor agregado de contaminación acústica y de descontrolada hiperactividad de imágenes. De toda esa suerte de publicidad muy remunerada, los televidentes no reciben nada de lo que les correspondería por ser en definitiva, los usuarios finales, la consecuencia de la existencia de los medios de comunicación y porque sin televidentes nada existiría. Al menos mínimamente deberían retribuirles con una programación benigna que incluya a la sociedad en su conjunto, y no lo que parece que fuera exclusivamente para un grupo selecto particular farandulero que compite en forma beligerante desde y entre los mismos medios y canales de Televisión y con otros medios periodísticos. 

Es muy probable que la televisión haya perdido totalmente el rumbo y la perspectiva de la sensibilidad de la sociedad y su verdadera razón de existencia. En la actualidad por ejemplo, se permite o se busca emitir en los temas de actualidad periodísticos y políticos principalmente temas de confrontación, de descalificación y desunión de los unos contra los otros de forma frecuente. Por lo general los temas en esas ruedas de conversaciones son para analizar precisamente, lo que dijo, lo que no dijo, en la palabra mal dicha, en dónde se equivocó, en el error, en la contradicción, en el desastre, en la pelea, en la ventaja política o el empate, en la desgracia y en la incertidumbre; en las encuestas que favorecen primero a unos y después a otros; en las estadísticas; en la interpretación antojadiza y discriminatoria de las opiniones, en fin... En otras palabras, solamente negatividad, pesimismo, descalificación, confrontación, y todo eso traducido en tantas variantes y derivaciones de la misma Violencia - Ira. ¿Cuándo se hablará o se tratará temas más solidarios, temas más amigables, de gestos de amor, de compañerismo en una causa común, de humildad, de esperanza, de entendimiento y reconciliación? 

Una forma en donde se promueve un sistema de vida competitivo, desleal, pesimista, deshumanizado y de codicia y de violencia, es el que hoy ofrecen los medios de comunicación, y principalmente por el predominio de la televisión. 

¿Qué se dice en los medios de comunicación sobre la violencia que protagoniza y singulariza la juventud actual?

Probablemente los jóvenes nunca habían desatado tanta violencia como en la actualidad.

¿Qué sucedería en la mente de ellos cuando eran niños? 

Después de haber recibido tal magnitud de información cargada de violencia proveniente principalmente de la Televisión prácticamente durante todo el periodo de sus vidas, no es muy difícil sacar conclusiones para conocer gran parte del origen de la causa de esa enfermedad que ha provocado tal magnitud de efectos. 

Las imágenes protagonizadas por la violencia seguramente adquieren un poder tal que atrapa a los niños y jóvenes, en donde por general ver matar y matar a otros contrincantes de sujetos caracterizados del prototipo del hombre es como exterminar moscas. 

En ese hipotético esparcimiento recreativo es muy probable que se manifieste en un momento dado, en el niño o joven, una necesidad imperiosa por aniquilar a un ente protagonista, supuestamente adversario, pero de características similares al manipulado espectador que es un niño o un joven muchacho. 

Dice un interlocutor especialista por televisión “En la temática de dos horas de una confabulación cinematográfica cargada de gran violencia, en el minuto final, tiene un espacio que aporta y enseña, con un desenlace en el que aflora la paz y el amor”. Pero lo que no dice, es que después de haber alimentado la mente de los televidentes con gran violencia y, “mata, mata, mata”, durante dos horas. 

Prácticamente la mayoría de la programación de la televisión, tiene la misma representación e inclusive en las llamadas teleseries o telenovelas la desgracia, el engaño, la calamidad y la violencia, permanecen muchos meses en la mente de los televidentes. 

¿Habrá otra forma de hacer un mejor aporte y enseñanza a los niños y jóvenes? ¿O es que, aun no se han dado cuenta de esa enfermedad? Es común, que muchos enfermos nunca reconozcan o no desean reconocer sus propios males, e inclusive lo mismo sucede con el adicto, el maniático, el drogadicto, el alcohólico, el delincuente, o el terrorista. ¿Estará sucediendo lo mismo con la Televisión?
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Es difícil encontrar a un joven en un juego de vídeo o viendo monos animados que no sea de golpes y estrategia para aniquilar y matar a un imaginario enemigo de características similares a él mismo, o especímenes monstruosos que siempre son caricaturas de imagen y semejanzas humanas. En otras palabras, solamente información de violencia y degradación de la vida misma. 

Después, a la hora del noticiero, las informaciones de los medios de comunicación muestran a una multitud de jóvenes que protagonizan destrucción y solamente violencia ya sea en una concentración pública, en un concierto musical, en una discoteca, en un colegio, en una universidad, en un estadio y en otros tantos lugares. Pero, en ese mismo momento, paradojicamente a continuación el periodista, el representante de gobierno o el legislador emite una dramática información y con una desesperada pregunta: ¿De qué joven, o de quién es la responsabilidad de los hechos acontecidos…? ¿Habrá que aplicarles la Ley en su máximo rigor…? ¡Plop! 

Ha cambiado totalmente en muchos jóvenes y niños, el concepto de lo que significa entretenimiento, esparcimiento y recreación por uno de los sinónimos de violencia; cobijado y enseñado principalmente por la televisión.

Según algunos especialistas, la ira o la violencia que exteriorizan los niños y jóvenes, es controlada con el desarrollo físico y en un punto específico del cerebro y alrededor de los 18 años de edad. Es posible, que nadie pueda rebatir las investigaciones y estudios tan acabos de la ciencia, sin embargo, lo que se observa hoy en día, es a una enfermedad mundial generalizada que no tiene edad específica; sus secuelas y actos más brutales no han sido tan sólo los que habitualmente protagonizan e imitan los más jóvenes, sino que, también de actos provenientes de muchos adultos y muy por sobre los 18 años de edad. 

Es muy curioso e increíble, que los mismos medios que promueven y emiten incesantemente violencia, se quejen de la misma violencia que contienen sus bibliotecas, y se preguntan... ¿Por qué existe tanta violencia hoy en día? 

Se dice que un Periodista es un investigador y además de ecuánime y equilibrado frente a la adversidad y acontecimientos que se originan en el mundo cada día, se puede suponer que sus estudios académicos fueron cargados de una temática muy importante; como la dialéctica, la ética, la moral, la axiología, entre otros tantos aspectos fundamentales de su enseñanza e ilustración; y en esa consideración imprescindible se deduce que, una vez lograda la consecución como profesional, con el aporte extraordinario que él ofrecerá a sus hijos, a su familia, a los jóvenes y la sociedad en general, habrá llegado a la cúspide su coherente y consecuente realización manifestada plenamente en un verdadero Profesional y Ser Humano. Sin embargo, ¿Cómo se puede entender que un investigador de tal nivel, no logre descubrir millones de noticias, reportajes y temas de conversación que acontecen diariamente en el mundo, y considerablemente benignos, constructivos, educativos, de entretenimiento y esparcimiento para toda la sociedad?  

El enfoque y objetivo de la televisión y de otros medios, es de suponer, que ha confundido totalmente lo que es un destacado profesionalismo, por una oportunista profesión remunerada por parte de quienes elaboran y editan sus respectivas programaciones. Del mismo modo esos mismos medios pudieran estar en un equivocado camino por la falta de creatividad y originalidad al copiar dañinos estilos y optando por un sistema netamente comercial a como dé lugar y a cualquier precio y por sobre la ética y la moral. Eso, es extremadamente grave para el desarrollo y prosperidad integral de una sociedad, y porque los Medios de Comunicación no están al margen de misma sociedad. 

Distinto es que en la generalidad no se desconoce a aquellos cortos y puntuales programas en televisión de un carácter cultural, educativo y de esparcimiento con información auténtica para la buena salud mental de los televidentes. Más bien, se apunta a lo que refleja esa programación mayoritaria y autoritaria que apabulla con creces a aquella más modesta y distinta, y el rasgo dominante en la generalidad de un todo, pasa a ser su personalidad y caracterización principal; y en cierto modo esa es la consecuencia reflejada en la idiosincrasia social. 

¿Por qué tantas veces la caracterización de monos animados y de personajes de filmes cinematográficos tienen la tendencia a ser terribles distorsiones y monstruosidades de caricaturizaciones reflejas homólogas del hombre?

¿Es acaso la misma semejanza de la personalidad de quienes los crean y editan?

¿O es la plena identificación de sus directores? 

¿Con qué tipo de mentes estamos todos dominados? 

La violencia por ejemplo, singularizada por la ira y seres iracundos, es un rasgo maligno dominante que pareciera ser de un poder contagioso extremadamente penetrante para la sociedad, y posee poderosas artimañas para manifestarse principalmente en los niños, jóvenes y en general en los individuos con ciertas tendencias emocionales y desequilibrios psicológicos y mentales. Por eso, como es un defecto reconocido, peligroso y real del hombre, no debiera de alimentarse con esa epidemia informativa que proporcionan los medios de comunicación, en este caso con lo que sería científicamente una enfermedad contagiosa gravísima. 

Un individuo por ejemplo, que se desate en ira una vez al año durante su vida, será caracterizado y calificado de por vida frente a quienes le rodean como un iracundo y le podrían denominar como “el violento, o el desequilibrado”. Así, existen personas públicas que quedaron marcadas por la impresión y crítica colectiva social como individuos iracundos para siempre, y particularmente, con una sola actuación de ira públicamente. En otras palabras, si aunque los medios de comunicación emitieran información cargada de violencia una vez al mes, eso indicaría en forma efectiva, que la violencia será su tendencia, caracterización y personificación. En este caso, se refiere principalmente a la información emitida cargada de violencia a cada instante en la programación de la televisión.
  
El comportamiento del rasgo de la violencia en una multiplicidad de otros aspectos de identificación de la personalidad de una entidad regida, dirigida y compuesta por personas, pasa a ser el aspecto dominante con creces por sobre todos los otros matices y tendencias. Por lo cual, si la singularidad dominante es la violencia la que caracteriza a un individuo, a una sociedad, a una empresa, a una nación, por consiguiente y de igual forma caracterizará a cualquier Medio de Comunicación. 

Además, los programas culturales, educativos, de entretención y esparcimiento benigno para la salud mental de los televidentes que se emiten, son en reducidos espacios de tiempo asignado e inclusive se trasmiten en algunos horarios de baja sintonía y solamente en algunos días a la semana, quedando sometidos a una mínima expresión y posibilidad de difundirse y propagarse generalizadamente. 

La asombrosa explicación que emiten los Canales de Televisión, con una profunda investigación sobre este tema para defender la maldad que hacen, dice que, “la responsabilidad es de los usuarios” (dirigiéndose a los televidentes) afirmando de que son estos últimos los que apoyan y sintonizan tal medio con dicha programación. Esa aparente interesada respuesta deja mucho que desear y es un grave error. En ese sentido, los medios de comunicación estarían confundiendo lo que es libertad de expresión, con libertinaje por sobre la ética y la moral.

Por otra parte, es efectivo que la televisión cataloga su programación que emite con una singular y muy poco representativa forma de encuesta pública. Por lo tanto, no es una investigación apodíctica y convincente, más bien, sufriría de ambivalencia. Por cierto, a quienes verdaderamente deberían considerar para dar opinión sobre una auténtica encuesta pública de la programación que más sintonizan y apoyan, es a la sociedad en su conjunto, y eso es casi imposible por ahora, porque las encuestadoras actuales existentes persiguen un trasfondo e interés implícitamente de orden comercial y político, por lo tanto, no representan el sentir y opinión sensible, desinteresada y verdadera de la mayoría. Se podría admitir con todo ello, en que un conglomerado social vea un determinado programa, no es sinónimo de calificación verdaderamente admitida y benigna. Por lo tanto, es muy delicado afirmar lo que es saludable y aceptado por los usuarios finales. Aunque luego se generalizara el sistema de televisión digital terrestre (TDT) que permitiría a los televidentes interactuar masivamente con los canales de televisión y sus respectivos programas, no es y no será una verdadera forma de calificar la mejor programación, por una razón muy simple y matemática: Suponiendo que el número 1000, fuera una escala de medición de un estándar promedio saludable y beneficioso para el televidente; 500, sería un promedio regular o medio; y el cómputo de una encuesta general otorgara el valor 66; significaría con ese hipotético ejemplo, pero muy posible y a la vista de hoy, es que perfectamente se opte, o los televidentes voten por algo igualmente malo y decadente al no existir un equilibrio entre los buenos y malos programas, y con igualdad de horarios adecuados y toda su infraestructura para la sintonía de las mayorías.

Aparentemente la calificación de la programación que se efectúa en los medios, es entre las mismas corrientes competidoras de los medios de comunicación, la farándula, las agencias comerciales y los empresarios financistas de tal programación y su publicidad. Significaría que están muy lejos de la realidad al no considerar plenamente la opinión y sentir real de la sociedad en su conjunto, y basta con ver cómo estamos como sociedad en estos momentos.

Es indudable, que la Televisión con su dominio absoluto que posee quizás nunca va a reconocer la influencia y ejemplo que ha depositado en la sociedad.

En conjunto, a la cadena de involucrados con ese arbitrario y pesimista sistema de vida que promueven permanentemente los medios de comunicación hacia la sociedad en general, se agregan los empresarios y sus profesionales que trabajan consciente y estratégicamente financiando con grandes aportes monetarios los espacios de determinados programas, amparando a los de gran contenido de violencia, tomada de la mano del consumismo. Desde luego, que igualmente sean estos últimos actores, llamados a rendir cuenta de un sistema de vida tal y a mediar por una forma distinta y generosa de vivir en una sociedad educada, justa, pacífica, equitativa y trascendental. 

Ya se ha dicho en la primera parte, sobre los rasgos de proceder de la personalidad del individuo humano. Por ese balance y considerando su generalizada forma de ser, es muy sensible, delicado y terrible, emitir incesantemente información cargada de violencia. Cuando la información que recibe radica permanentemente en la mente o memoria, es el origen de la causa de muchas manifestaciones extremas que pudieren ocurrir en el individuo. Eso explica por ejemplo, el por qué jóvenes y niños han protagonizado actos de violencia con atentados en contra de la vida de otros niños y jóvenes, e inclusive en contra de ellos mismos, con suicidios. Comprobado está, que un porcentaje muy importante de los habitantes de esos países “desarrollados” han visto desde la infancia permanentemente actos de terrorismo y violencia por televisión y el cine. Concluyendo que mientras las mentes humanas sigan alimentándose permanentemente con información de violencia proveniente de la televisión y por otros medios, continuarán los actos y manifestaciones de violencia, delincuencia y terrorismo. 

Se ha dicho, que el origen de todo comportamiento extremo y violento de una persona radica en la mente, y que proviene de aspectos que son procesados por su personalidad, más las influencias sociales y ambientales.

En cambio, si en los pueblos y en general en el mundo entero, se emitiera otro tipo de información, de educación, de entretención, de solidaridad, de fraternidad, de amistad, de amor, de consideración, de tolerancia, de respecto, de innovación, de invención, de la familia, de hermandad, de bondad, de alegría, de arte, de romanticismo, de magia, de espiritualidad, de… matemáticamente la mente se apacigua, el intelecto se equilibra, la memoria se engrandece y el corazón se llena de felicidad.


LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LA VIOLENCIA

La libertad de expresión tan ampliamente generalizada en los medios de comunicación, es una libertad que curiosamente no considera en absoluto, la libertad y el derecho de todas las personas. La TV por ejemplo, impone y obliga a los televidentes a ver violencia y calamidad. Es la misma televisión, que con todos sus medios, trata de no aceptar y ni tolerar la más mínima exigencia, orientación o censura. ¿Cómo puede explicarse tal discriminación? La lógica indicaría, que la libertad de expresión que han logrado los medios de comunicación concuerde al unísono, con la libertad de expresión de todos los ciudadanos.

Los Medios de Comunicación, se desarrollan y transitan por un camino de libertad total. ¿Podrían decir lo mismo sus usuarios y la sociedad en general? En otras palabras, la parcialidad se desarrolla y manifiesta con toda la naturalidad legal, y en un sistema que se dice ser democrático y defensor de los derechos de personas. Es como si los Medios de Comunicación estuvieran por sobre la ley. 

Los ciudadanos están regidos estrictamente bajo las Normas de la Ley en cuanto a sus derechos y deberes. Por lo tanto, si alguien comete un delito en un acto terrorista o de violencia, es condenado; si es cómplice en un asesinato, es condenado; si injuria, es condenado; si denigra, es condenado; si infamia, es condenado. Pero los Medios de Comunicación pueden mostrar, enseñar y promover todo, y nada ni nadie, pueden prohibir o condenar ese tipo de libertad. 

La televisión, intrínsecamente en la mente de los televidentes, obliga a ser partícipes y cómplices en todas las actitudes indignas, pesimistas y decadentes que emite de la sociedad. Pero, según los principios de la Ley, se condena a los ciudadanos sean televidentes o no, por las mismas razones que les enseñó la TV.  

Cuando la plena libertad de unos pocos, es por medio de la subyugación de todos, no es libertad, más bien, es arbitrariedad. El anhelo de todos sin excepción, es la libertad; pero después de hablar de equidad, ética, y sobre el tema de la violencia, etc.   
      

DOS MUNDOS Y LA VIOLENCIA. 

Al parecer, existen dos especies de mundos virtuales en la mente y psicología en la generalidad del individuo de la sociedad del mundo. Uno de ellos, sería el de la densidad y pesimismo representado por la codicia-consumismo y el de la violencia que ofrecen los medios de comunicación, principalmente por el predominio de la televisión; contrastando con aquel otro, en un rincón del espectro de la vida, muy disminuido y a veces olvidado, y que representa a las manifestaciones más sensibles de la vida; pero con una gran diferencia, que éste último sí, es la verdadera realidad   

En el primero, gran parte de la vida cotidiana para la generalidad humana, como forma de vida, es principalmente la Televisión, por lo que ofrece, por lo que ha hecho y ha dicho durante tantos años en la sociedad contemporánea. En ese mundo, el individuo se relaciona física y psicológicamente. Las formas, las costumbres, las modas, los modos, los estilos, las actitudes, la cultura, la educación… están íntimamente relacionados por el arbitrario método televisivo. Aunque algo distinto puede verse de aquella otra realidad por ese mismo medio, pero muy superficialmente, por estar apabullado y dominado por aquella otra caracterización y personalidad principal antes dicha.  Todo lo que tenga que ver con el otro mundo real, con lo sensible, con lo solidario, con lo optimista, con lo humano, con lo espiritual… se muestra en un relámpago de tiempo y de una forma muy abreviada y superficial, y lejos de su verdadera realidad e importancia, y como si fuera algo inexistente e irreal, humanamente hablando. Sin embargo, son los mismos medios de comunicación son los que se quejan y preguntan: ¿Por qué tal decadencia? ¿Por qué tal violencia? ¿Por qué tal delincuencia? ¿Por qué tal terrorismo? ¿Por qué tal confrontación? ¿Por qué tal descalificación? ¿Por qué tal discriminación? Como si existiera una profunda inconsciencia.

En todo caso, la vida real abarca muchísimo más de lo que ha podido alcanzar y ofrecer hasta ahora la TV.

Un Periodista decía "cámbiese de Canal de TV y asunto arreglado" 
Es posible que al tener alternativas se logre aquello. También podríamos apagar el televisor y asunto arreglado. Pero la situación reinante es mucho más compleja en la actualidad cuando los Medios y la Televisión incluida, han pasado a ser parte integrante de la sociedad misma, y en el individuo, la TV está arraigada psicológica y mentalmente en su diario vivir. 


LA CENSURA DE LA TELEVISIÓN Y LA VIOLENCIA


¿Qué dirá, o podrá decir la “Censura” de las emisiones diarias y permanentes de programas con gran contenido de violencia y otras formas degradantes? 

La impresión que perciben los televidentes, es que la verdadera censura es inexistente en la actualidad.
¿Qué es, o qué imágenes y vocabularios serán controlados y censurados verdaderamente en forma efectiva?
¿Cuáles serán las ponderaciones y exigencias de la elección de los eruditos especialistas que integrarán a ese selecto grupo que se les ha atribuido la facultad de ordenar, educar, calificar y censurar a los medios de comunicación?
Se subentiende que aquellas personas que conforman el equipo de “La Censura” están verdaderamente preparadas y capacitadas para soportar la constante información que verán y analizarán permanentemente para su posterior calificación y evaluación, de lo contrario al ser personas comunes y corrientes sin preparación especial, se podría presumir que podrían enfermarse mentalmente. 

Se puede deducir con este análisis, que el propósito de la Censura, es para impedir que las personas normales se enfermen mentalmente por causas de la mala información que probablemente podrían recibir provenientes de ciertos programas.

En términos reales, se podría pensar que la censura de tanto analizar información, ha enaltecido a “la violencia” como una expresión e información completamente normal por los resultados que vemos hoy en día. ¿Estarán enfermos mentalmente los representantes de la Censura? ¿Cómo serán las vidas de esas personas que conforman la censura en sus actitudes temperamentales? ¿Tendrán mayores o menores situaciones de confrontación y violencia en sus vidas cotidianas después de ver tal magnitud de información? ¿O aquellos temas de violencia, delincuencia, calamidad y terrorismo no los toman en cuenta y por eso no les ha afectado verlos y analizarlos? ¿Lo que han censurado verdaderamente les han provocado muchos daños psicológicos y traumáticos? En otras palabras, la censura no se ha preocupado de ver la información que verdaderamente ha ocasionado un daño casi irreparable a la humanidad, y esa es, “la violencia”. 

La violencia sin censura en las emisiones de la Radiodifusión Televisiva, genera la escuela del delito y más violencia como onda expansiva en cadena. La violencia se abastece de la programación de películas cinematográficas, teleseries, monos animados, noticias, foros políticos, reportajes y la llamada farándula.  

Por ejemplo en los noticieros, un violento crimen a una persona, origina enormes espacios de tiempo emitidos por televisión y por capítulos durante meses, y para que esa información sea vista con imágenes pavorosas en todo el mundo y por personas de cualquier edad e incluso niños y ancianos. Lo mismo sucede con los conflictos permanentes de la llamada farándula y otros similares. En cambio, una información constructiva y verdaderamente benigna para toda la familia, pasa casi inadvertida en un relámpago de tiempo y muy pocos se dan cuenta de la importancia de ellas, como por ejemplo, los últimos descubrimientos científicos que se manifiestan en forma diaria y permanente, entre muchísimas otras de ilimitada índole. 

Nadie discutirá, si la noticia del crimen o de algún incidente o accidente se emita o no. El asunto está, en el verdadero profesionalismo y que esas noticias se puedan expresar y mostrar en una emisión y edición que esté por sobre el sensacionalismo, impacto y primicia que los mismos medios de comunicación, por lo general, quieren causar espectacularmente a la sociedad y principalmente a sus competidores, representados por todos los medios de comunicación. 

En una dramática e impactante noticia emitida por televisión e Internet en el mundo entero recientemente, muestra una horrorosa ejecución de un ser humano condenado a muerte, porque según la ley de su país, éste les había quitado la vida a otros conciudadanos. Es indudable, que esta información, repetida una y otra vez en la mayoría de los canales de televisión del mundo, conmociona a todos los habitantes del planeta. Pero según algunos especialistas sociales y periodistas de la televisión, dicen: “Son imágenes que todas las personas deben ver para que ellos y sus pueblos logren la madurez”. ¡Qué asombrosa información, y qué lamentable los comentarios de parte de los eruditos especialistas sociales! 

¿Cómo puede ser, que individuos que se relacionan socialmente con tantas personas, que han estudiado algunas determinadas especialidades en una universidad, puedan decir tal afirmación? Muchos otros al menos, dicen, ¡Perdónanos Dios mío, por tanta crueldad y maldad de este mundo!

¿O es que, se trata, que a como dé lugar y a cualquier precio, defienden que se emitan tal magnitud de tragedias y calamidades por los medios de comunicación? Y ese precio, ya se ha pagado muy caro, con algunas víctimas inocentes que han imitado tal calamidad, con suicidios, y en este caso por niños que vieron esa información por televisión. 
Una cosa puede ser, la intención abnegada de informar, y otra muy distinta, es cómo y qué, se informa. 

Decir que con las tragedias y calamidades, con los asesinatos y con los atentados terroristas y tantas otros males que se emiten directamente por televisión constituyen una forma para que un pueblo pueda madurar, es verdaderamente insólito y terrible. Y la respuesta para ellos, está a la vista. ¡Decadencia humana, y no, madurez! 

Afirmar tal comentario, es gozar de una plena insensibilidad e ignorancia.

El entendimiento de las cosas de la vida de los individuos para lograr su madurez, únicamente es posible mediante la educación y comprensión de la realidad de la vida y de los métodos específicos para traducirlos en experiencias y en el discernimiento verdadero. No existe otra forma. Las publicaciones sensacionalistas y espectaculares de situaciones e imágenes extremas permanentes, constituyen al egocentrismo y la morbosidad en el individuo, y deriva en una forma de comportamiento que demuestra la decadencia e involución de la sociedad. 

Primeramente, se debería de entender y además comprender, alguna significación de lo que se entiende por “madurez en una sociedad”. Muy lejos del terrorismo, asesinatos, o la consumación de una condena a muerte de un ser humano, se encontraría la madurez. La madurez, está muy próxima a la sensatez, a los valores morales, a los derechos de, y a la vida, a la ética y a tantas otras bondades que puede llegar a experimentar una persona o sociedad “madura”. 

Quien defienda la vida, no podría soportar ver extinguirla; en otras palabras, quien ama la vida humana, le puede afectar ver morir a una persona en esa forma violenta, o de cualquier otra forma.

Un individuo tropieza con una piedra en el camino y se golpea en la cabeza. Como ha visto la enseñanza de algunos “especialistas” decir, “que debe madurar”, se golpea una y otra vez su cabeza contra una muralla. Ya casi moribundo de tantos golpes, logró pensar, que cuando se reponga lo volverá a hacer, porque aún no siente señal alguna de haber madurado, más bien puro dolor; pero al menos logró sacar una conclusión, “que los especialistas intelectuales de hoy, son tan salvajes como los cavernícolas de ayer para enseñar a madurar”.  

Ver, recibir y asimilar información procedente de los medios de comunicación, no constituye necesariamente algo que permita alcanzar la madurez en la persona. Eso, es solamente acumular información intelectual. Y tampoco, acumular conocimientos intelectuales, es sinónimo de madurez. Si el ser humano, solamente por recibir información, pudiera obtener y lograr madurez, es indudable, que la humanidad sería madura y mucho mejor que la decadencia que se observa hoy en día. Más aun, en un mundo globalizado, en donde el acceso a la educación e información ha aumentado muchísimo en las últimas décadas, y no se observa de ninguna manera, en la práctica objetiva, lo señalado por aquellos singulares especialistas. Puede parecer redundancia la palabra madurez en este tema, pero, se desea en el fondo recalcar lo que han dicho especialistas por televisión. 

Un niño, en desarrollo físico e intelectual, no puede distinguir claramente la magnitud de información que ha visto por televisión; sobre todo, con idénticos resultados en los hechos de la vida real; cuando era una hipotética entretención, con un asesinato en una película de acción y terrorismo; y luego ver prácticamente lo mismo directamente en las informaciones y noticias. Es de suponer, que lo que pudo sentir, fue entretenido, y viendo imágenes horrendas. Ese niño, muy luego podría protagonizar un atentado criminal prácticamente con la misma forma de entretención que le enseñó la televisión.

Podría significar con aquella consideración, que aquellos especialistas entenderían a un asesino y dirían, “no importa cuántas veces tropiece con la misma piedra, porque algún día madurará, aunque matando” 

¿Existirá una forma más inteligente y más humana para educar y enseñar a los jóvenes y la sociedad en general para que logren la madurez? 

Un niño neófito, le pregunta a un especialista:

¿Las personas deben aprehender y aprender a madurar, estando vivas, o muertas? 

Sería muy obvio, que el especialista arrinconado le diría:

Por supuesto que vivas. 

Entonces, el niño neófito le diría: 

Pero si usted dijo, públicamente, que las personas deben madurar viendo morir a un ser humano, tanto el que muere, como los observadores.  ̶ Usted se está contradiciendo con esa respuesta, porque yo quiero aprender y madurar estando con vida, porque después, ya no tengo esa grandiosa posibilidad. ¡Por favor no me la quite!”.

¿Habría que golpear a palo a las manzanas verdes y diminutas hasta que maduren?

Aquel niño podría decir:

- Solamente habría que esperar que la experiencia y naturaleza de la vida misma, las haga madurar. En este caso, con el crecimiento, con el desarrollo, con agua, luz… y en forma natural; y no existirá otra más saludable, dulce y sabrosa, ni con la forzada manipulación genética. 

En verdad, tampoco los seres humanos quieren desarrollarse, educarse, prosperar y madurar a palos y con el rigor y terror de tantos crímenes. Más bien, con el uso de la razón, del entendimiento, de la educación, de la intuición, de la creatividad, de la experimentación, del amor… pero lejos de calamidades y violencia brutal.

Recientemente también, en una extensa noticia emitida en un canal de televisión universitario y llamado cristiano, se difunde y promueve (en forma muy animada como si fuese algo benigno) a un especial juego, destinado según dice, para personas de un nivel socioeconómico elevado; los elementos que se utilizan para ello, son copias prototipos de las armas de fuego reales, e inclusive, su acción y propósito, es la de atacarse unos contra otros, o sea, imitar a la misma violencia de las armas reales. 

De seguro, que muchas noticias de diversa índole, que se emiten por los medios de comunicación, no son benignas para la buena salud mental de quienes las reciben, porque como ya se ha dicho anteriormente, pueden crear conductas equivocadas y actitudes innecesarias en el individuo y en la sociedad en general. En otras palabras, si, muchos individuos, asimilan lo que otros cometieron y también actúan con esos mismos ejemplos, podría ser responsabilidad de igual forma de quien les enseñó permanentemente esa información. Es decir, muchos delitos y actos de violencia cometidos, son simplemente, epidemia contagiada por algunos individuos públicamente por intermedio de los medios de comunicación. Distinto es, si la persona que en un momento dado, con la información conflictiva que ha recibido, pudiera llegar a ejecutar o no, tal delito, de acuerdo a su razón, criterio y equilibrio sobre la información que promueven los otros. Proceda o no, si ha quedado registrado en su mente o memoria, una actitud muy posible de ejecutar en la práctica y en cualquier momento, y con mayor razón, si piensa y capta, lo espectacular, generalizado y común que le ha querido destacar tal medio, con dicha información, indistintamente si esa actitud del individuo es algo común, normal, natural, o delictivo. Más aún, si por intermedio del mismo medio de comunicación y prácticamente en el mismo momento, el individuo puede ver a continuación, información sobre personas aparentemente normales pero influyentes, que pueden decidir exterminar la vida de millones de seres humanos inocentes en un conflicto entre naciones, y todavía ese individuo, ve por ese mismo medio, que la misma sociedad lo acepta en gran medida con cierta naturalidad, por lo común. ¿Hasta qué punto puede ser responsabilidad solamente del que ha cometido tal puntual delito, si los medios de comunicación le ofrecen tal magnitud de violación a la dignidad humana? Y muchos otros ejemplos, son verdaderamente calamitosos, y son reiterados y repetidos a cada momento. Por lo tanto, con ese alarmante y peligroso balance, es perfectamente posible que muchas noticias e informaciones, no contribuyan absolutamente en nada benigno. Todo lo contrario, son mensajes provenientes de escuelas de crímenes, delitos y terrorismo. Y no toda esa información proviene exclusivamente de las noticias: Reportajes; películas de acción criminal, violencia y terrorismo; conflictos, calamidades y engaños en la familia en las extensas teleseries; confrontaciones y descalificaciones sociales, en la arena política, en la vulgar farándula, y entre otras rutinas.

Posiblemente, pudiera ser todavía difícil para ellos, entender cómo se trasmite, contagia y se relaciona cada actitud en el individuo; y por cierto, curiosamente las manzanas han servido además, para que alguna idea sea más entendible: Una persona que llevaba una vida tranquila en una zona campestre, es invitada en una ocasión a conocer una ciudad. En aquella ciudad, es tentada a comer unas manzanas oscuras, que él ya conocía en su campo, pero creía que no se podían comer. Pero en esta ciudad, vio que muchos comían estas manzanas y le enseñaron que era algo muy habitual y común. Cuando volvió a su casa, siguió comiendo estas frutas oscuras, que aunque amargas, le terminó agradando incentivado por lo aprendido en aquella ciudad llamada hipotéticamente “Manzanoscurid”. Cuando en una ocasión, volvió a esa ciudad, fue detenido y condenado por comer manzanas oscuras, porque ahora eso se había prohibido mediante una ley. ¿De quién es la responsabilidad, de él, de la tentación y enseñanza de la sociedad, o de ambos? El ejemplo anterior podría ser muy ficticio y alegórico pero, si este simplemente se contrastara o comparara con tantos ejemplos parecidos de la realidad contemporánea, que podrían suscitar serias dudas de la realidad del sistema en el cual se vive. 

¿CÓMO CREAR PERSPECTIVAS ORIGINALES?

Los medios de comunicación, principalmente la televisión, sin necesidad de copiar a sus iguales por intermedio de quienes los dirigen, con muy poco ingenio, creatividad, originalidad y capacitación, podrían llenar perfectamente espacios infinitos de información y para ello no se requieren enormes cantidades de recursos materiales y tampoco a un ejército de profesionales, solamente se precisa para ello de las personas claves y éstas, se encuentran en cualquier lugar del planeta. 

Pero estos buenos elementos, que podrían ayudar y que están al alcance de la mano de muchos directores de medios de comunicación, no siempre pueden manifestar su permanente creatividad hacia el sistema que los rige y domina, por una razón simple y matemática; la actualidad social, ha transformado el estilo y forma de subsistencia del hombre, en un correr desesperado y en una feroz competitividad a como dé lugar, y en donde los contendientes pueden llegar a venderse a cualquier precio para encontrar y mantener algún lugar para lograr la ansiada reputación y estatus social. Por cierto, que con esa antagonista forma de vivir, se ha trasgredido la vida humana misma, involucionándose con su sistema insensible de individuos beligerantes y deshumanizados. 

De suponer, la consideración de una vida así, deja mucho que desear, porque desde esa perspectiva, se deduce que la pérdida de originalidad, se debe en gran parte a la falta de oportunidad de otras personas de mucho talento y creatividad, de las cuales un número importante de ellas, postergadas por la discriminada competencia, permanecen en el anonimato y en el olvido. Indicando, que la sociedad y su sistema son dominados en todos los espacios y por décadas por la herencia de los mismos de siempre. 

En ese sentido, la originalidad y creatividad, que es infinita de quienes la estudian, investigan e inspiran, parte importante de ella queda marginada, por el mismo sistema que los ha sometido al aislamiento, impidiendo al mismo tiempo, que esas alternativas de diversidades originales perfeccionen las vigentes, o se unan a las que logran con mucha suerte manifestarse. Eso explicaría a muchos, la razón, o una de las razones del porqué los medios de comunicación repiten y copian incesantemente a sus iguales y con muy pocos matices de algo nuevo y original. Inclusive es vergonzoso, como los canales de televisión, la prensa escrita y otros medios periodísticos, se proveen y abastecen de la misma y pobre programación que emiten sus competidores, con la intención de editar y emitir temas relacionados con la descalificación, críticas, burlas, prejuicios y conceptos de y a, sus pares y viceversa, cayendo en un círculo vicioso de nunca acabar y de una pobreza inmensa de criterio y salubridad. 

Existen personas y medios organizados terriblemente pobres, pero tan pobres y necesitados, que lo único que tienen, son elementos técnicos y materiales. 

En esa incapacidad, algunos dicen que, “ya todo se ha inventado y creado porque ya no hay originalidad”. Esa observación, que pareciera ser de parte de quienes cuidan celosamente algunos intereses específicos, constituye un error, quién sabe, por ignorancia, por debilidad, por inseguridad y temor. ¡Porque, la invención, la creatividad y originalidad, es infinita, es eterna!

ELECCIÓN Y OPORTUNIDAD

Si ya se ha estudiado científicamente en gran parte como es la compleja naturaleza del hombre, no le debe ser negado su derecho a ser mejor y que poder superarse en muchos aspectos para mejorar su vida. En otras palabras, no se le debería dar con la puerta en las narices marginándolo, al negarle oportunidad de información, educación y entretención valiosa que podría ofrecer el sistema y los mismos medios de comunicación. 
Se subentiende que una persona o una sociedad puede elegir un medio de comunicación determinado que mejor les pueda parecer, pero cuando no hay mucho que elegir y todo se relaciona con casi lo mismo, es difícil ese derecho igualitario de libre elección. Por lo demás, se comprende que los medios de comunicación de libre sintonía, son precisamente los de mayor recepción por la mayoría de los habitantes de un país, y en otras fuentes de información contratadas, no son muy distintas las magnitudes de violencia que emiten. Todo indicaría, que con mayor razón debería ser distinto y mejor. 

Posiblemente se han olvidado de algo muy importante, que en definitiva quienes mantienen vivos a los medios de comunicación y por consiguiente con profesión remunerada a los que laboran en ellos, son precisamente los olvidados usuarios finales. 

Si los medios, a través de sus programas de conversación por ejemplo, emplean un vocabulario incorrecto y grosero, es indiscutible que el vocabulario de la sociedad se deteriorará porque seguirá esa misma tendencia con ese modelo. Si el animador o periodista en una rueda de conversaciones usa y anima la confrontación entre sus participantes, es evidente que existirán más enemigos. Si se califica y se juzga a las personas públicamente en los programas que emiten los medios, la honra, el honor y los derechos de ellas habrán sido violados. 

Concluyendo, que el tipo de programación y edición que deberían emitir los medios de comunicación, es un derecho real de la sociedad entera y mientras no sea comprendido de esa forma, en gran medida ésta seguirá en las complejas tinieblas de la decadencia, con más violencia, terrorismo y delincuencia. 

Se puede suponer, que un comunicador social, en club de dudosa reputación o, en su propio entorno privado y particular, tenga la plena libertad de expresión como mejor le parezca y de acuerdo a su propio nivel social e intelectual. Pero por un medio público, debiera respetar al menos a la mayoría y que sus dichos y formas de expresión sean acorde con esa gran responsabilidad al dirigirlos públicamente. 

Realizando un alcance sobre el particular, es probable, que examinando en profundidad las diversas formas de expresión y de comunicación, la mayoría de los análisis podrían concordar, en que muy pocas personas discriminan por el gran esfuerzo que pueden llegar a realizar algunos individuos para poder comunicarse y expresarse verbalmente, por la forma singular del modo que utilizan, incluyendo palabras groseras o inventadas sin significado con el tema mismo que se intenta expresar. Es indudable, que si se expresan de esa forma, es su condición y principios, por lo tanto, puede respetarse sus formas de ser con tolerancia al advertirse que sus niveles intelectuales no les permiten comunicar algo de mejor forma, o acorde con lo entendible y legible por las mayorías. Pero en los medios de comunicación y principalmente en la televisión, es muy distinto. 

¿Qué pasaría, si de la noche a la mañana, todos los habitantes de un país, motivados y dirigidos por esa llamada libertad de expresión, inventaran a su antojo una infinidad de términos verbales y luego los emplearan junto a toda suerte de modismos, groserías, muletillas y garabatos?

Lamentablemente, sucedería un desorden de tal magnitud, que nadie entendería a nadie en ningún medio de comunicación. Con ese simple ejemplo, para ese llamado a los cuatro vientos de plena libertad de expresión, morirían todos los medios de comunicación por causas de un caos total (tótum revolútum) debido a una indescifrable forma de comunicación y expresión imposible de entender y comprender.

Se subentiende, que si se dice plena libertad de expresión, es porque el ejemplo anterior es totalmente válido y posible. De lo contrario, ese llamado de plena libertad, lo sería exclusivamente para algunos y eso sería totalmente contradictorio, porque eso constituiría una especie de libertad parcial condicionada, y en ese contexto, la expresión y significado de la misma palabra libertad, tendría que cambiar por algo que se ha definido en forma distinta. Distinto sería, que algunos, bajo ciertos parámetros, sobre ciertos intereses específicos, puedan calificar y denominar el significado de libertad, eventualmente en forma circunstancial y de acuerdo a sus conveniencias, y por razones de la incapacidad de poder originar algo mejor, desarrollando una profesión ciertamente fácil y sin mayor investigación, esfuerzos intelectuales, ni de ninguna naturaleza. 

La palabra y el verbo bien empleados, se ha dicho y escrito que es una facultad creadora. Pero la grosería, el garabato, la injuria, la burla y otras, al parecer son sus larvas agregadas, teñidas por la ignorancia, debilidad, inseguridad y decadencia.

El desequilibrio mental, precipita la violencia con el verbo incoherente y descontrolado.

La información negativa que recibe una persona permanentemente, provocan desequilibrios y traumas psicológicos y mentales. 

El desequilibrio mental, origina muchas enfermedades.
Muchas enfermedades se originan en la mente. 


Es así por ejemplo, como puede verse que en la actualidad se destacan diversos y singulares personajes en los medios de comunicación, únicamente porque emplean un vocabulario decadente, grosero y morboso, como por ejemplo, en los medios de televisión de redes nacionales e internacionales, prácticamente, patrimonios culturales de un país o del mundo, que se han apoyado en esa misma libertad de expresión. 

Es una verdadera y lamentable pérdida para la sociedad, que quienes dirigen los medios de comunicación no comprendan que “la esencia y origen de la consecuencia manifestada en los mismos medios de comunicación, es la comunicación por voluntad de un verbo grandioso y espléndido que los creó y que por ahora aún los mantiene vivos”.  

Toda información que recibe una persona mediante sus sentidos, es procesada y asimilada interiormente consciente e inconscientemente. El nivel de conciencia en su esencia, es el que puede originar y percibir si lo que se ha procesado es en virtud intelectual superior espiritual, o es una conducta fenoménica egocéntrica. Su nivel de ser por medio de la voluntad permitiría vivenciar lo real y de acuerdo a lo que experimente su propia naturaleza. Puede pasar un instante, o mucho tiempo de procesos de vida, en que la persona con la información que recibe permanentemente pueda llegar a provocar el principio de una acción y esta a su vez una cadena evolutiva de manifestaciones mentales y físicas desde esa primordial información e influencia. 

Es por ello, que considerable información recibida en los seres humanos por intermedio de los medios de comunicación, puede constituir una representación subliminal y es precisamente una de las causas que originan muchos conflictos psicológicos en el individuo y que por lo general se traducen en hechos de violencia en todas sus variantes. Matemáticamente, toda información de tipo egocéntrica que recibe un individuo, puede ocasionar daños psicológicos y mentales. 

Después de todo lo dicho hasta ahora sobre los medios de comunicación y principalmente de la televisión, alguien diría “apague el televisor y asunto arreglado”. Es cierto, que eso se puede hacer, pero hay algo muy importante que nadie puede desconocer. La televisión, ha tenido una influencia poderosísima sobre el comportamiento y forma de vida de la sociedad del mundo. Y como alguien dijo, la responsabilidad principal sobre las masas humanas, es de los medios, entidades y personas más influyentes y poderosas. 

Es posible amigo lector, que los medios de comunicación que se sostienen en esa propia libertad de expresión, sean, paradójicamente, los que prejuzguen y censuren la modesta libertad de expresión que ha pretendido tomarles este escritor, al dirigirse a la omnipotencia que ellos mismos tienen sobre la sociedad. 

Todo aquel que busca un propósito, o un fin específico, la lógica indicaría que debería lograrlo desde su propia perspectiva basada en su origen, porque la finalidad puede ser igual al origen. “Si su principio es violencia y egoísmo, su fin será egocentrismo, caos y violencia”; en cambio, “Si su origen era paz y amor, su finalidad será amor y paz eterna”.

Existe una fórmula científica para cada cosa. Tanto, para aquel que quiere saber barrer y pretenda barrer con una escoba, como para aquel que desea saber gobernar un país y quiera lograr ser presidente.



LA LEY Y EL ORDEN Y LA CONSPIRACIÓN DE LA VIOLENCIA.

¿SEÑALIZACIÓN Y ORDENANZAS?

“LA FARÁNDULA Y LA VIOLENCIA”


                        
Se ha dicho que los medios de comunicación, livianamente han atribuido a la elección de los usuarios finales la justificación de sus ediciones y servicios que ofrecen por la plena libertad de información que se permiten, refiriéndose a los televidentes y a los usuarios de otros medios. Con ese criterio, como si todo fuera poco, aun se han permitido hasta la libertad de destinar enormes espacios a artículos y programación excesivamente degradante, como por ejemplo, el especial y denominado tema “La Farándula” y como profesión de farsantes, como dice su significado real de esa palabra, a los protagonistas los han nombrado “Opinólogos”, término inexistente, referido quizás, a la palabra “opinantes”, lo que es consecuente con esa plena decadencia indiscutible.

Ahora bien, es muy delicado y apresurado, atribuirles a los usuarios finales o a los televidentes, responsabilidad, deseo y elección de la programación que emiten esos medios con dicha programación. Con esa afirmación, y con el llamado de plena libertad de expresión, basta con hacerse ahora, otra pregunta: ¿Qué pasaría si dejaran de existir leyes, ordenanzas y reglamentos? Lógicamente, en esa hipotética circunstancia, los individuos de aquella sociedad descontrolada, y sin una guía, orden y señalización establecido en su andar, precipitaría el caos total. 

Se subentiende que el hombre en su hábitat organizado de mutua cooperación social, no está aún capacitado para gozar de su autocontrol y de la plena libertad. En conclusión, no existe en el planeta, al menos por ahora, alguna sociedad que pueda coexistir, o desarrollarse sin ordenamientos, leyes y reglamentos. ¿Cómo se podría entender entonces, a los medios de comunicación, que se han atribuido gratuitamente la confundida y mal orientada libertad de expresión, por toda esa suerte de ediciones y emisiones de información sin límites, grosera, dañina y de violencia dirigida a toda la colectividad social?  

En los países más prósperos y desarrollados del planeta, aún no han disminuido sus ordenanzas, reglamentos y leyes, todo lo contrario aumentan día a día, porque su evolución no ha llegado aún a la cúspide para comenzar a revertirlas, o disminuirlas para llegar a la esperada y plena libertad, y para lo cual aún falta mucho, y mucho más aun, en los países subdesarrollados. 

Los medios de comunicación por intermedio de quienes los dirigen y guían, no han podido dimensionar el inmenso y terrible daño que han provocado a la humanidad. Es un peso enorme de responsabilidad por la inconsciencia que han alcanzado al no reconocer el daño que han efectuado y que siguen provocando. ¿Por qué esperar? ¿Por qué ignorar la realidad? ¿O es que, la oportunidad dada será hasta últimas consecuencias y hasta el último minuto, en que comience una nueva dimensión de la programación de los medios, por obligación o por una ley? ¿Por qué esperar a que llegue ese salvavidas en ese último segundo? ¿Por qué la llamada libertad promovida por los mismos medios de comunicación, tiene que ser algo excesivamente malo y dañino? ¿Por qué, no comienzan a trabajar ahora por algo mejor? ¿O tendrá que originarse el cambio solamente, copiando a los medios de otros países que logren darse cuenta algún día? ¿Cuándo llegará ese día? ¿Cuándo…? 



LA EDUCACIÓN Y LA VIOLENCIA.

¿CÓMO ES LA EDUCACIÓN?

La educación y enseñanza en virtud y dignidad para el desarrollo en un Estado o País, no es atribuible únicamente a colegios, academias, institutos y universidades, sino que al conglomerado social en su conjunto y transversal, incluida la Familia y los Medios de Comunicación. Estos últimos, principalmente la Radiodifusión Televisiva (TELEVISIÓN), igualmente gestores de la cultura, y de letra, del verbo, de la lengua y la gramática, y la emisión de sus señales que se manifiestan en la intervención del uso (y abuso) del espectro radioeléctrico con la radiación de ondas electromagnéticas, tienen mucho que decir a la hora de educar a los habitantes de una nación. No entenderlo así, es simplemente una inconsciencia profunda. xq4tmu³ p≠©. La sociedad en su derecho, quiere crecer unida en donde habiten todos, sin excepción, y en donde la educación sea primordial. No se exige aquí, que los medios de comunicación se transformen por completo y poco menos que tengan que otorgar diplomas y títulos especiales a sus usuarios, auditores y televidentes, no es así, porque es mucho más sencillo, y solamente se requiere la voluntad de ser mejor y más humano, y para llegar recién a dimensionar lo que es verdaderamente un país desarrollado.

En la hipótesis, que los individuos que laboran o trabajan en los medios de comunicación, estuvieran al tanto y comprendieran, lo terrorífico y catastrófico que significa tratar abusivamente con todo signo y señal, y el verbo defectuoso y de violencia, en el uso del espectro radioeléctrico al manipular otras coordenadas con la radiación de las ondas electromagnéticas que se propagan inicialmente a la velocidad de luz, quién sabe, morirían de espanto o se transformarían al camino espiritual, y den comienzo a una dimensión distinta de emisión, con los nuevos agentes del uso del electromagnetismo cósmico de la naturaleza. Más aun, cuando en la vida experiencial científica, se pueda conocer un poco más en la esencia primordial de la radiación electrónica electromagnética, con mayor razón. 

Pero volviendo a esta realidad, toda la información que emiten los medios de comunicación, de acuerdo a la conciencia de sus convicciones, principios, éticos y morales, es como verdaderamente se educa a una nación. Cada palabra, cada texto, cada imagen, cada señal, es, educación y cultura. Significando con ello, que si básicamente la palabra que se dice, se pronuncia mal, así será la educación que habrá ofrecido ese medio. Porque al mismo tiempo de la mediocridad de una cultura, la incoherencia verbal, va enredando y trastornando a la mente del telespectador.

Si el periodista o reportero de la TV, habla con modismos particulares y como locomotora de rápido y casi no se le entiende lo que pretende decir, así será la educación que enseñará ese periodista y desde ese canal. 
Si el animador y opinante son groseros y dicen garabatos producto de su nivel intelectual, esa será la educación que ellos promoverán. 

Si las imágenes que emite un canal de televisión son horrendas y de violencia, esa será la educación que podrá ofrecer. 
Si los programas de conversación en la televisión son para calificar, juzgar, injuriar y burlarse de las personas y de otros medios, ese será el nivel educativo que ese canal podrá ofrecer a la comunidad.
Concluyendo que, para todos los ejemplos, existe una solución muy sencilla. En este caso, no se requiere un nivel intelectual especial para poder hablar bien y bien pronunciado; no se requiere un don específico para hablar más modulado y suave, pero claro y bueno; tampoco se requiere mucho esfuerzo para evitar la grosería y muletillas. 

Existen millones de temas de conversación para entretener y educar y sin injuriar y perjudicar a personas ausentes. 
No les sirve de mucho a los medios de comunicación emitir señales internacionales si la calidad de sus programas deja mucho que desear. 

En otras palabras, lo ideal sería “cambiar la cantidad por calidad” 

La humorada por ejemplo, no está ajena a la poca exigencia, por la falta de capacidad, ingeniosidad, jocosidad y dedicación de los llamados humoristas en buscar lo nuevo y original, sino que ahora se recurre comúnmente a temas fáciles, groseros, obscenos, morbosos, misantrópicos, satíricos, sarcásticos y burlescos. No se sabe, si este tipo de humor que recurre a lo más bajo, ocasiona risas nerviosas, de asombro y de sorpresas por incluir malas palabras, o, verdaderamente es buen humor. Pero, llama poderosamente la atención, al hacerse una pregunta, ¿por qué han existido humoristas famosos que nunca emplearon una grosería, garabato, humor obsceno y burlesco? 
Si los medios de comunicación, permiten toda esa suerte de libertad de expresión, por razones obvias, todo lo que se emita, es el reflejo e imagen de sus directores, editores y periodistas; y ese es, el nivel de educación que lamentablemente puedrán ofrecer a la sociedad. 

La discriminación, es asociada de la burla; y la burla, es asociada a la ira; y la ira, es la misma violencia. 

Si existe violencia verbal, es el reflejo de quien la emite en todos sus niveles.

Si existen programas decadentes en televisión, es el reflejo de quienes los editan y emiten. 

Es verdaderamente incalculable y de gran importancia la educación que podrían ofrecer los medios de comunicación a la sociedad, y si a ellos en forma efectiva, se sumara una enseñanza más amplia en colegios, academias y universidades, se originaría el comienzo de otra dimensión de estilo de vida. 


¿Cómo podría originarse o manifestarse una sociedad más desarrollada? 

En primer lugar, el parámetro para que una sociedad o nación se denomine desarrollada, o en vías de desarrollo, no es tan sólo su crecimiento o estabilidad económica. Es mucho más que eso, y la educación juega un rol muy importante. Hay elementos esenciales un tanto olvidados y postergados y que son materias fundamentales que deberían incluirse permanentemente en la normativa, y estas, no son precisamente las materias normales de los estudios pedagógicos regulares y profesionales. Tiene que ver, con el aprendizaje de algo más de fondo, y con respecto, “al discernimiento y comprensión de lo que se denomina una sociedad humana sintonizada con un objetivo y razón que transmitiera una señal traducida en una verdadera y real civilización desarrollada y próspera”. 

Por ejemplo, los niños, los jóvenes y los no muy jóvenes inclusive, desconociendo el real significado de lo que representa o especifica la dialéctica, la ética, la moral, la libertad, la tolerancia y otras virtudes e ideales del ser humano, y así mismo, sin la comprensión de religión, de la democracia, en otros aspectos importantes de la vida, actúan o reaccionan en diversas ocasiones, precipitadamente, y por una suerte quizás, de creer sentirse plenamente suficientes frente al mundo que los rodea, pero en la mayoría de los casos, sin tener conocimiento y comprensión de aquellas moralidades y aspectos anteriores y asimismo mucho menos entendimiento de sus actuaciones en el desenvolvimiento social. Sin embargo, la razón y responsabilidad no es solamente de ellos, es más bien, del método y estilo social en su conjunto, incluido el de los medios de comunicación y del sistema de vida imperativo del mundo entero, el cual, los priva totalmente de aspectos esenciales de la vida, y para la realidad de sus propias vidas.

Con cierta perspectiva, la normativa pedagógica general, debería incluir, además de la disciplina de los estudios corrientes y comunes, los temas de los valores e ideales verdaderos de la sociedad humana, indistintamente si el joven estudiante desee optar por el camino que lo identifique y atraiga de acuerdo a lo que perciba y experimente su propia realidad y su naturaleza. Por ejemplo, puede tener el ideal de la libertad, paralelamente a sus estudios normales o profesionales, pero es innegable que para idealizar la libertad profundamente, debe aprender y conocer al menos en teoría el significado de la palabra libertad, la libertad científicamente, y posteriormente llegar a conocer la libertad en esencia manifestada. Del mismo modo, es muy común que los jóvenes rechazan la Religión y la Filosofía en los colegios y universidades sin percibirla o sin saber al menos teórica y científicamente la significación de la palabra religión, y religión manifestada en su misma esencia del religare al espíritu de Dios; y de filosofía, como amor a la Sabiduría; e indistintamente si sus tendencias o sensibilidades, son o no espirituales y creyentes de las diversas fuentes y orígenes de ellas. Al menos, aprehender modestamente no quita lugar alguno y más bien, es una suerte tolerante, fraternal y enriquecedora del conocimiento esencial del ser humano, e imparcialmente si lo aprendido y experimentado es de orden religioso y, o espiritual Cristiano, Gnóstico, Islámico, Budista, Taoísta, Rosacruz, Francmasónico, Zoroástrico, entre muchas otras heterogéneas tendencias de conocimiento profundo, intuitivo, infinito y/o, absoluto. 

En tal consideración, la norma formativa académica, debería incluir permanente en su enseñanza, métodos de opciones y estilos de vida, acorde a un comportamiento digno que permitiría vivir en una sociedad plenamente civilizada; y además, mayor libertad de cultura general para la búsqueda en la diversidad de las ciencias, la creatividad e innovación, los valores e ideales de la vida humana y aprehender a vivir y vivir en armonía con naturaleza y el medio ambiente. Y en verdad, que con todo ello, sería muy distinto para el joven estudiante, al ver las cosas de la vida con una ilustración más transparente y más amplia que haya adquirido durante su capacitación, elegir, con una base y justificación, un camino determinado de forma y sentido a la vida, pero, con un amplio conocimiento de causa y no por una actitud temperamental en la ignorancia plena, como es lo común que sucede en tantas ocasiones y en cualquier lugar. 

Tomar únicamente el estudio ilustrado profesional como definitivo, no lo es todo; ese, es una parte muy importante, porque es claramente un complemento para el desarrollo profesional. Pero además, existe siempre, una diversidad de infinitos conocimientos, científicos, dogmáticos, religiosos, teológicos, filosóficos, metafísicos, gnósticos, místicos, sociológicos, antropológicos y de diversas otras fuentes y ciencias universales; y de ellos, verdaderamente se pueden extraer los arquetipos sintetizadores de una parte importante de un ideal estilo de vida, y para lograr una sociedad humana desarrollada, próspera y empapada de la felicidad.

Puede ser muy fácil, rechazar o negar una opción de vida a buenas y a primeras en la ignorancia. Pero muy distinto es, saber al menos porqué la rechaza, con conocimiento de causa. 
Un individuo puede arrepentirse durante toda su vida por haber optado por un camino en la plena ignorancia. Pero muy distinto es, que se arrepienta en conocimiento y en su sano juicio. 

En la ignorancia plena, es muy fácil optar por caminos equívocos que incluso, es muy común que estos conllevan al fanatismo y a la violencia.
Por ello, que es vital y fundamental, la consideración del estudio de la realidad tal cual es, y de las opciones de formas y matices de estilos vida. Inclusive, vislumbrando ese horizonte, esa señalización, ese apoyo y esa opción de un ideal de vida por el estudiante, es un complemento e incentivo muy importante para la comprensión de su aprendizaje en los estudios normales y profesionales de su educación; y después, con todos esos avances, le servirán durante su aplicación y desarrollo profesional y socialmente en su familia y en su vida entera.

Sin necesidad de imposiciones y obligaciones, es factible educar a una sociedad; básicamente, la clave consistiría en mostrar su realidad y su razón de existencia. Mostar y conocer la realidad tal cual es, no significa cambiar y remover todo lo existente; es mucho más sencillo. La diferencia radicaría, en que la sociedad actual, existe para un sistema que domina al mundo en el cual los beneficios son de unos pocos, y debería ser distinto. El sistema, al servicio de la sociedad y para todos sus habitantes en su conjunto. 

Por ejemplo, actualmente el hombre es esclavo de la ciencia, la tecnología moderna y la materialidad consumista, y debiera ser todo lo contrario. La ciencia, tecnología y bienes materiales, al verdadero servicio del hombre: Hombre – Existencia – Razón – Realidad – Principios – Estilo – Educación – Valores – Desarrollo – Progreso – Objetivo – Derechos – Sistema – Formas – Medios. Y este sencillo ejemplo expuesto, recién en medios, estaría incluida la tecnología y bienes de consumo necesarios.  


¿QUÉ DICEN EN LAS UNIVERSIDADES SOBRE LA VIOLENCIA?

En los ámbitos de la más elevada educación superior profesional, se observa un dato muy curioso que refleja un aspecto muy contradictorio. Se subentiende que las universidades son centros de orden intelectual entre destacados docentes, pedagogos y estudiantes en todas sus áreas y ciencias. Sin embargo, por una parte cuando la Universidad tal, a través de sus estudiantes requiere un cambio frente a las autoridades de Gobierno de su Estado, lo que menos se destaca es el nivel de estudio coherente con la ilustración adquirida, al comportarse contradictoriamente con desalentadoras conductas de gran violencia, con atentados a la integridad física de las personas, desmanes y destrucción. Y como si fuera todo eso poco, cada año, cuando ingresan millares de nuevos estudiantes, nuevamente las universidades, centro del más alto nivel académico, protagonizan una trifulca llamada “Mechona” que más que una fiesta de “bienvenida” y encabezada por jóvenes del futuro, parece una desatada confrontación de mal venida de cavernícolas. En verdad, si los cavernícolas y antepasados pudieran ver eso, se sorprenderían y no podrían entender que ellos, fueran los estudiantes de su propio futuro; y que en nada, o muy poco hayan avanzado y progresado en la forma de ser, con respecto a ellos en 1.000.000 de años.


El fanatismo, es un aliado de la misma violencia.

El fanatismo no guarda ninguna relación con la inteligencia.

La inteligencia, podría tener relación con la intelectualidad universitaria. 

¿Podría asentirse satisfactoriamente, a una fiesta de bienvenida, de compañerismo, de amistad, de hermandad, de solidaridad, de intelectualidad, de inteligencia, en la que se arruina la vida de muchos jóvenes estudiantes, dañando sus integridades físicas, y atacados de diversas formas y con elementos químicos imborrables en sus rostros y cuerpos, y otras grotescas prácticas a sus integridades humanas físicas y psicológicas?
¿Los educativos, docentes y directores, podrán hacer algo al respecto, o pasaron por las mismas circunstancias que los identifican plenamente?
Se produce un hecho curioso, al ver a los estudiantes de las universidades en los reportajes de la televisión, amarrados y encadenados, en donde sus rostros afligidos y avergonzados por una suerte abnegada y sumisa de ser considerados por sus pares en una etapa social muy importante de sus vidas, y que se inaugura con una experiencia traumática y denigrante que escapa completamente a la idoneidad, al criterio y a la moral de sus regentes y rectores. 

Es difícil explicar lo inexplicable, al ver la consecuencia de una Universidad Académica con los hechos y manifestaciones actuales. Academo de Ática, que con su altruista actitud, donó una especial propiedad en Atenas de Grecia, para que Platón fundara y desarrollara “La Academia” primera del mundo (387 a C.) prácticamente otrora 2400 años, se sorprendería mucho si por medio de alguna circunstancia especial pudiera ver esa suerte en la actualidad en estos otros lugares, con las actitudes horrendas que manifiestan los universitarios en las universidades de hoy en día… 

Es posible, que una cosa no tenga nada que ver con otra, respecto a un hecho ejemplar del pasado, pero, la perspectiva de las formas de vida, puede ser sobre un horizonte más amplio para poder ver y producir reflexión sobre los hechos actuales.

Desde luego, todo indicaría, que igualmente a las universidades y a los universitarios de hoy, les falta algo más; y ese algo, a ciencia cierta, es un complemento que no es precisamente sus respectivas formaciones profesionales y académicas; y el amparo de las sutilezas sensibles de la vida y la razón de la existencia del hombre, podrían originar la comprensión y actuación de un estilo y comportamiento ideal en ese precedente universo científico vocacional y profesional; y que pudiere exteriorizar y manifestar objetivos reales y coherentes con la verdadera intelectualidad e inteligencia; y esa diligente complementación, quién sabe, del área antropológica, epistemológica, gnoseológica, ontológica, teosófica o filosófica, y no solamente como temas históricos y culturales superficiales y de los buenos ejemplos del pasado, si no que asimismo, extraer de aquellos, la vigencia de sus especiales arquetipos del conocimiento (Gnosis) y más la realidad actual sociológica, que al unísono, científicamente se pudieran aplicar en sus Facultades, todas y cada una de las materias que necesitan sus mismos participantes, permitiendo culminar en virtud y evidencia, de su potestad reconocida para otorgar grados académicos, con la denominación real manifestada de la educación de una… “UNIVERSIDAD”...

En verdad, que para la unidad y comprensión de esa temática, importantísima para todos los actores que comprometen a un conglomerado social, mirado bajo el punto de vista de un ideal, debería ampliarse el horizonte del modelo establecido de la norma de estudios pedagógicos en todos los niveles educacionales y, asimismo, todavía podría beneficiar en términos generales a la familia y a los medios de comunicación, al involucrarlos en esa consideración vital e imprescindible, con los elementos y herramientas básicas y fundamentales que precisamente requiere la sociedad en su conjunto. Es decir, esencialmente ilustrar y exponer los significados de los temas de la libertad, la democracia, la justicia, la equidad, el altruismo, el pluralismo, la autenticidad, la convicción, la familia, el ser humano, el amor, la felicidad, la ética, la moral, la religión, la mística, la reconciliación, la fraternidad, la tolerancia, la comunicación, la prudencia, entre otras bondades, pero todas, de gran importancia para experimentar y vivenciar ampliamente con benignidad y conocimiento, el proceso de un justo derecho legítimo de lo que es la razón y significado de vivir en una sociedad y civilización verdaderamente desarrollada y próspera…

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Fuente: Perspectiva Distinta xq4tmu, Jorge Julio Otterstein.  


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